JOYERÍA DE DISEÑO EMBELLECE A MISS MUNDO COSTA RICA CON UNA GUARIA MORADA

Licda. Zahira Mendoza Alfaro

Periodista

 

Ella jamás imaginó que las joyas de papel pintado que creaba en su infancia para sus muñecas, hoy se convertirían en arte contemporáneo real sobre cuentas de piedras hiladas a mano, unidas a metales brillantes con formas únicas para sus sofisticadas clientas y ahora creación exclusiva para Miss Mundo Costa Rica.

Lucía Echeverría Saénz, artista costarricense y diseñadora de joyas confiesa que hiló treinta y ocho amatistas, todas a mano y unidas por una guaria de plata que se posarán sobre el cuello de la señorita Natasha Sibaja para la representación de la belleza de nuestro país a mediados de noviembre.

Su magia comienza entre manos, entretejiendo en su atelier con estilo bohéme, un lugar tan seductor como artístico para la exposición de sus diseños; esos que, primero son dibujados en su memoria y después reproducidos con gemas preciosas y semipreciosas, jugando con plata, bronce con formas irrepetibles impregnados en arte pura sobre cortes previamente escogidos.

Formada en la vieja escuela de la Facultad Bellas Artes, Echeverría declara su fascinación por las esculturas de Rodin, el impresionismo de Monet, el dibujo de Durero y la arquitectura de Gaudí, y con esto indica que el detalle está en la pasión por el oficio por que el resto baila bien con el talento otorgado a cada artista.

“Siempre he mencionado que el oficio se aprende, la academia se estudia, el talento se tiene y la pasión se vive, hay que tener formación para que el trabajo no termine siendo un pasatiempo o meramente un producto artesanal, mi producto es artístico y nace del diseño que es lo que me apasiona”, agregó.

Su talento también viene en su genética pues en su familia también hay herencias que no pasan desapercibidas, su tío abuelo Aquileo J. Echeverría dejó un legado de “Concherías” orgullo de la patria y ella imprime arte en perlas y conchas con un tinte bastante costarricense.

Entrar a su espacio de diseño y venta de sus obras, es un deleite ante los destellos de diversos colores en piezas como perlas clásicas anudadas a mano, brillos entre caras de cristales de Swarovski, empedrados irregulares facetados, todos, se empoderan del espacio ecléctico lleno de sensaciones que maravillan al ojo acucioso.

Sin duda, su trabajo embellece la piel y eriza los sentidos de quienes lo usan, los hilados adornos al compás de las últimas tendencias de joyería contemporánea que coquetean con su imaginación que transmite muy bien en su rincón artístico haciendo feliz a más de una clienta.

“Mi cerebro nunca está tranquilo, es un reto y nunca me aburro de lo que hago, mi personalidad básicamente se desenvuelve en medio de la creación y tengo la posibilidad de hacer algo que me haga feliz y que puede hacer feliz a la persona que lo usará. Entonces el trabajo deja de ser trabajo y pasa a ser un placer soy una persona afortunada”, aseguró la artista.

Muchas novias prontas a casarse han sido musas de inspiración de sus creaciones pero también ha sido llamada para vestir con joyería de arte religioso a vírgenes y santos de iglesias reconocidas del país.

Echeverría se siente satisfecha con los trabajos realizados para diseñadores de ropa y fotógrafos nacionales como Mario Peraza para quien realizó piezas de las primeras fotografías bajo el agua.

Barrio Amón es testigo del trabajo hasta el amanecer, de una artista que anuda con alma, corazón y manos fuertes con creatividad en el estado más puro y el elogio a la belleza en piedras de gran valor.