
“ENTRE GENIOS Y ARROGANTES” (y II PARTE
“`Ellos´ lo habían preparado” (Luis Enrique. D.T. F.C. Barcelona)
Se debate si el futbolista profesional debe respetar al colega, aunque juegue en el equipo rival. Esta teoría prevalece referente al tipo de futbol que se realiza, y que además del reglamento se aconseja que el jugador limite la agresividad, violencia o roce físico en sus acciones, fundamentalmente entradas o formas de recuperar el balón, ya sean reglamentarias o provocando faltas, llamadas “faltas tácticas” y en muchos casos van más allá de lo permitido por el reglamento.
Pero hay otro tipo de respeto y es el que debe poner en práctica un equipo cuando el contrario esta en inferioridad numérica, física o técnico-táctica. En ningún caso se pretende limitar la creatividad, excelencia técnica o el espectáculo al albur de bagaje de cualidades y habilidades en el manejo del balón que superan niveles normales y alcanzan lo extraordinario. En este apartado existen futbolistas que marcan la diferencia y dejan en evidencia al rival de turno, incapaz de controlar el engaño (regate) del jugador superdotado, con alardes y arabescos que ponen a la gradería en pie y provocan el entusiasmo generalizado de la afición.
Estos escenarios están reservados para auténticos “genios del balón”, que son jugadores con niveles de calidad individual muy por encima de otros muchos, que si bien manejan bastantes conceptos técnicos, pero no alcanzan parámetros de exquisitez, improvisación y espectáculo.
Messi con “la redonda” en los pies es capaz de sortear defensores, tal cual fuera un slalom, con el balón pegado al pie, sin que tenga el contrario otra opción que provocar la falta. Por otra parte está también Neymar, asimismo capaz de desplegar un abanico de gestos técnicos que desconciertan al defensor y le permite salir airoso aún en espacios reducidos plagados de piernas, que el brasileño solventa con insultante facilidad, siendo sus regates y la famosa “lambretta”, una acción técnica que encoleriza a los rivales, que al sentirse burlados muestran reacciones violentas.
Y dentro de esta gama de “artistas” y acciones técnicas, está el penaltie lanzado a dos toques que practicaron Messi y Suarez. Nada extraordinario, por más que la prensa ocupe portadas. Ya en 1967 un equipo alevín (EMT-Angelín) en el antiguo campo madrileño de la EMT, había realizado un lanzamiento a dos toques, sin que a nadie, excepto al árbitro y por supuesto al equipo contrario, le sorprendiera. Otros 1800 jugadores, a lo largo de más de 4 décadas, han practicado esta jugada, siempre al finalizar los entrenamientos y no por ello se les ha ensalzado. A final de cuentas todo es cuestión de conocer el reglamento y “sacarle jugo” al mismo. Lo que no se vale es presenciar al arrogante de Luis Enrique, burlándose en el banquillo tras “la gracia” de sus pupilos y la afrenta sufrida por “los celtiñas”.