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HÉROES Y HEROÍNAS” (III Parte)

“Con la salud y la vida no se juega” (Dr. Vallejo Nájera)
Hace más de dos años experimentábamos “en vivo” las listas de espera y, por supuesto, formábamos parte de las largas filas, en las madrugadas cartaginesas. Cientos de personas, por supuesto enfermas, formando parte “del paisaje urbano”, tal estuvieran en Venezuela buscando pan, víveres o pañales para bebés o medicinas. Pero no… Aquí las filas son demandando el sagrado derecho constitucional a la salud y calidad de vida.
Perplejidad por uno de los informes -no oficiales- publicados el pasado 15 de junio, en Facebook. Y estas eran (seguirán siendo) las listas de espera: Max Peralta 30.939; Escalante Padilla: 24.382; San Rafael de Alajuela: 21.369; San Vicente de Heredia 13.989; Tony Facio: 13.469; Clínica Carlos Durán: 10.483; Calderón Guardia: 7.130; Monseñor Sanabria: 6.864; México: 6.445 y Marcial Fallas 5.987, lo que significa que ¡141.057 pacientes! esperan ser llamados. En buena teoría, para los jerarcas y administradores, la enfermedad tiene que ser generosa y dar tiempo para que sea la voluntad de Dios la que se encargue de ella. Es seguro que no solucionan el problema, porque no les interesa. La realidad es sangrante: “`ellos´ no hacen filas, ni acuden a la CCSS, ya que van a centros privados”. ¿Quién mejor que “ellos” para saber que con la salud y la vida -(máxime si es la suya o de sus familiares- no se juega? Ahora bien, cuando les preguntan por casos puntuales, no se sonrojan a la hora de mentir, conscientes de que fueron nombrados “a dedo” o por “politiquería”. En todo caso, nunca facilitarán estadísticas que demostrarían insensibilidad y negligencia. A modo de ejemplo, recordar la declaración de la jerarca de turno, al diario “La Teja”, evidenciado su deficiente gestión administrativa: “Vimos su expediente y no había circunstancia alguna de emergencia”. ¿Qué expediente vería? Sería el suyo, de una amiga o de un consanguíneo.
Hace menos de un mes, una paraíseña (María Eugenia) auténtica referente familiar, falleció tras salir del hospital “en carrera”, ante la oferta (?) de convertir su cirugía en un clase “en vivo” de… ¿de qué? Y, víctima de la desesperación, dada su gravedad, acudió a un “brujo” panameño que se lucra, con quiénes buscan asirse a la vida y terminan por caer, ingenuamente, en “las garras” de este mercenario, que vende esperanzas, hierbas, mejunjes y, a la postre, causa mayor dolor y desolación. Ya María Eugenia Morales Rojas (“Neni”) forma parte de ese ejército de “héroes” y “heroínas” víctimas del cáncer. Mañana seguimos…

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