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HIROSHIMA (IV Parte)

“¡La ordenes tenían que cumplirlas!”
(Libro Kyoko Date)
La patética historia en blanco y negro presenta a Mussolinni, Franco y compañía… Y ninguno se saciaba en sus ansias de poder… Por su parte, el emperador japonés, Hirohito, tampoco se detuvo a pensar que su afán belicista de expansión -iniciado en 1.926-, en momento tan crucial se tornaba peligroso. Ese deseo le iba a llevar a un callejón sin salida. Toda la nación oriental estaba detrás de su líder. Le apoyaban y seguían. De ésta manera juntos: gobernante y pueblo- caminaban en busca del abismo…
En 1.939, Albert Einstein, Enrico Fermi, Leo Zsilard y otros físicos y científicos se refugiaron en los Estados Unidos, huyendo de la tiranía de sus países de origen. Y advirtieron al Presidente Franklin D. Roosevelt del peligro que representaba la “Alemania del Fuhrer”, si esta llegara a obtener la delantera en la carrera de la fisión del uranio. Más adelante, en 1.940, Enrico Fermi empezó a construir una pila atómica, en Columbia (USA). No pasó mucho tiempo sin que el Dr. Ernest Lawrence, de la Universidad de California, resolviera el problema de producir en cantidades suficientes material fisionable. En 1.941, el Presidente estadounidense aprobó la investigación científica a Vannevar Bush y James B. Conant. Y en diciembre del mismo año, el propio Enrico Fermi y otros -en la Universidad de Chicago- lograron la primera reacción nuclear en cadena autosostenida. Se estaba en la mitad del camino hacia la obtención de la bomba atómica. Ya el rumbo estaba trazado… Otros continuaron en la tarea, sin detenerse jamás…, hasta que llegara el día… El 6 de Agosto de 1.945 un arsenal de científicos y militares se reunieron al alba en el desierto de Nuevo México. Aquel equipo de trabajo tenía certeza que la misión iba a ser trascendental…Ocultaban sus ojos tras gafas de cristales oscuros. Habían protegido sus rostros con cremas para preservarse de las quemaduras. En el ambiente se apreciaba una exagerada emoción pero…

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