“INÉS SÁNCHEZ DE REVUELTA” (I Parte)

“Honor es hacer hermoso lo que uno está obligado a realizar” (Alfred Víctor de Vigny)
Escribo desde la indignación y el repudio por el irrespeto a una dama. No haría falta enarbolar bandera alguna si no fuera porque la calidad humana de Doña Inés Sánchez de Revuelta posiblemente le impida reclamar por la afrenta a su honor, su edad y su trayectoria, realizada por dos individuos que evidencian, precisamente, no su hombría (algo que se les supone a todos los hombres) sino su manifestación cobarde y disparatada, encuadrada cerca de lo que sería una práctica “chuchinga” (agresión a una mujer)
Inés Sánchez de Revuelta, nacida en Cuba (11.Junio.1931) y más costarricense que estos dos sujetos (a ellos no les preguntaron: ¿si querían ser ticos?; mientras que Doña Inés si eligió esta tierra hace más de medio siglo. En consecuencia, Doña Inés en mas tica que estos dos “valientes” caballeros que utilizan sus medios de comunicación para ofender psicológicamente a una señora que es orgullo y referente nacional y de Latinoamérica.
Posiblemente existan seres que hayan nacido en ninguna parte o que no tengan antepasados conocidos. En este supuesto escenario calamitoso, no extrañaría el desarraigo hacia la familia; sin embargo, ha habido una madre que los pariera y esa señora, a su vez, también tuvo otra madre que ahora sería abuela y quién sabe si bisabuela. Es ley de vida que todos alguna vez nacieron, crecieron, se hicieron adultos e ingresaron en esa etapa en que la experiencia va de la mano de los años y, -¿por qué no decirlo?-, se puede llegar a tener dependencia de hijos o nietos: Sí, precisamente aquellos que años atrás necesitaron de esos padres y abuelos, para incursionar en un mundo solidario o irracional, según se viva.
Ese no es el caso de Doña Inés, que a sus 84 años, cada mañana se levanta, arregla y sale en carrera a su trabajo. El mismo que con tanta energía y animosidad sale “al aire” desde 1963 (más de medio siglo). No es por casualidad que la hayan dado cantidad de premios, entre ellos dos Guinnes y, sobre todo, la estima y el reconocimiento de millones de espectadores que la han seguido, por una, dos y hasta tres generaciones, a través de su programa “Tele Club”, realizado con categoría, profesionalismo y respeto al espectador.
El que escribe puede hablar de referencias y del contacto casual alguna vez en un set de televisión o medio de comunicación, no más allá de un cordial intercambio de saludos o breve conversación. O sea, no escribo al dictado, ni nadie -excepto mi voluntad- me lo ha pedido, pero…