
Keylor: «Lloré con mi esposa. Ojalá no se vuelva a repetir» (Vídeo)
El meta habló en ‘El Larguero’: «Estuve en el aeropuerto esperando a que me dijeran que debía hacer. Cada cinco minutos la cosa cambiaba».
¿Cómo ha llevado lo de De Gea?
Obviamente, no leo mucho. Pero siempre se escuchan cosas. Siempre confío en lo que puedo hacer. Y siempre he pensado que si eso pasaba, tenía que luchar por el puesto con el que fuera. Pero escuchar esas cosas no es algo que a uno le traiga felicidad.
¿Antes del 31 de agosto ya le habían llegado noticias?
No, nada.
Ricardo Cabañas: “Hay un momento del día en el que las circunstancias toman un cariz. Sobre las cuatro, cinco, nos llamaron. Nosotros hablamos con el Madrid y nos dicen que hay una situación distinta. A esa hora de la tarde tomamos conciencia de lo que puede pasar y me vengo desde Valencia. Mis hijas van a su casa. Somos parte de su familia y te juro por mis tres hijas que nadie pensaba en el dinero. Estaba conectado con él y había algo que nos decía que no estábamos bien.
¿A las 17:00 cómo se lo toma su mujer?
A esa primera hora yo no me iba a ningún lado. Después ya empecé a ver cómo iban las cosas y le dije a mi mujer que fuera Dios el que decidiera.
¿Estaba feliz de irse al United?
Yo no me quería ir del Madrid. Desde que firmé por el Madrid era un sueño estar aquí y no quería irme.
¿Sufrió?
Sí, claro. Había cosas muy buenas, pero yo sentía un sinsabor de que no había podido jugar ni tres partidos seguidos y uno se va con eso dentro.
¿Llegó a subir al avión?
Sí, estuve en el aeropuerto en una sala privada esperando a que me dijeran lo que tenía que hacer.
¿Cómo es ese momento de estar en el aeropuerto y que le digan que se queda?
Es un momento en el que cada cinco minutos la cosa era diferente: que me vaya para el aeropuerto, que no me vaya. No había nada claro. No me quedé tranquilo hasta que las cosas estaban claras.
¿Pudo dormir esa noche?
Cuando pasa todo y uno se va a la habitación con su esposa, ya empieza a pensar en lo que pasa y explota… Ahí ya empecé a sacar conclusiones y son momentos que ojalá no se vuelvan a repetir porque no son buenos.
¿Y se fue a entrenar?
Ya había llorado con mi esposa y necesitaba algo más. Tuve la conversación con ellos (José Ángel y Florentino) y llegué a Valdebebas y me puse los guantes y entré a la cancha a darlo todo. Había algunos compañeros. Me acuerdo que hablé con varios. Otros estaban en las selecciones y me escribieron para decirme que querían que me quedara.
¿Salió de la reunión con los ojos empañados?
Sí, porque cada uno tiene una forma de transmitir. Sentía muchas cosas por dentro que necesitaba de mí y poco a poco lo hice. Era un proceso de ir sacando todo y volver a la normalidad. Estoy bien, tengo salud, que es lo que le pido siempre a Dios.