
“LA CURVA DE RENDIMIENTO”
Imagen con fines ilustrativos
“El fútbol no es una ciencia oculta”
E. Martin Landa (q.e.p.d.)
Está en tela de juicio el rendimiento de muchos equipos y sobre todo la constante irregularidad que muestran en los terrenos de juego. Se sorprendía un “Profe” de los pésimos resultados obtenidos precisamente en el momento más importante de la temporada y la única respuesta o excusa esgrimida fue “endosarle a los muchachos la responsabilidad”
El gerente de producción de cualquier empresa, aparte de funciones específicas, debe tener conocimientos. La proyección es una de las materias que debe manejar al dedillo, por más oscilaciones que tenga el siempre veleidoso mercado. En todo caso, en todo proyecto el margen de error previsto está sujeto a las correcciones del caso; por ende, los resultados con mínimas variaciones, van a llegar según las expectativas. Conclusión: exigencia y correcta ejecución de una actividad profesional, con estándares de excelencia, para la cual se está capacitado.
El fútbol, tal parece, es un mundo aparte. Para algunos protagonistas más que ciencia parece quimera, ocurrencia o acertijo. Al mundo del balón llegan empíricos que se atreven a ponerse al frente de la nave y ésta, tarde o temprano (más temprano que tarde) termina por embarrancar, tras navegar a la deriva, sin norte, brújula ni puerto seguro al que arribar. O sea, fracaso seguro.
Las curvas de rendimiento en el deporte en general y en el futbol en particular no son caprichosas ni oscilantes; responden a una serie de variables y lineamientos de tipo científico, técnico, táctico, físico, metodológico y motivacional; que mancomunadamente van quemando etapas y obtienen las soluciones (resultados) del caso, según hayan sido programadas con base en las exigencias de la competición. Por ende, los picos altos exigidos en los momentos previstos se logran, no por casualidad ni individualidades, justo cuando están en disputa las clasificaciones y los títulos.
Ser incapaz de mantener a un grupo de futbolistas en un nivel de “in crescendo” en todos los aspectos y, sobre todo, de resultados, es la evidencia que desnuda la impericia de cuerpos técnicos; máxime si estos son comandados por personas no aptas, ni calificadas para desempeñar tal compromiso con un mínimo de garantía. Si bien… “en el país de los ciegos, el tuerto es el Rey”.
Es costumbre contratar (en países donde la titulación o capacitación depende de la inopia aplicada y maquillada con el pago de dólares a cambio de un carné) a ex futbolistas que tras colgar los borceguíes pasan al banquillo sin mayor decoro. ¡Y así pasa lo que pasa!