
“LA MINISTRA”
“El Ébola avanza y las respuestas no llegan”
Médicos sin fronteras
Tres meses después de descubrirse (?) el virus del Ébola en el continente africano, las respuestas no llegan. Si bien la enfermedad se conoce desde hace tres décadas, las autoridades (y multinacionales farmacéuticas) nunca le han puesto atención a la vacuna o antídoto necesario para evitar desenlace letal que provoca el Ébola. Pareciera que la población más frágil y humilde no amerita el esfuerzo de la ciencia, posiblemente porque no sea un buen negocio.
En esta oportunidad una vez que el Ébola traspasó fronteras: dos sacerdotes españoles (Pajares y García Viejo) repatriados, que atendían a los enfermos en Sierra Leona, fallecieron contagiados, a pesar de los esfuerzos. También se informó que en EE.UU hay una víctima, en el Reino Unido otra y en Macedonia, de forma fulminante, acaba de fallecer otro infectado. En estos tres últimos casos, todos eran ciudadanos que procedían de los países afectados, donde ya son ¡4 mil! los muertos oficializados.
Una auxiliar de enfermería, Teresa Romero, que atendió en Madrid al Padre Pajares y después se ofreció voluntaria para darle atención al Padre García Viejo, ha sido ingresada con medidas sanitarias extremas: se teme por su vida. Y, ella tras su jornada laboral hizo su vida normal: casa, parque, peluquería, familia, compañeros, etc. Por efecto “cascada”, el número de “sospechosos” aislados en hospitales madrileños, aumenta día con día. Un sacrificado: “Skalibur” -el perro de Teresa-, que tras controversial reacción mediática, las autoridades médicas declararon “que si bien no sabían si la mascota estaba infectada, privaba la salud de las personas sobre la del animal”.
Alarma general. En USA, trabajadores encargados de la limpieza en los aviones se niegan atemorizados a realizar su trabajo; en España, en los hospitales, reclaman garantías y así en otros países. Contradicciones por doquier. Falta de previsión en las autoridades gubernamentales (no se les exige capacidad) y, sobre todo, impotencia sanitaria al no saber qué remedio aplicar. O sea, todo queda a la providencia y a la mano de Dios.
Mientras, Ministra y aláteres, son responsables del drama social, evidenciando que cuando los nombramientos responden a formar parte del “clan”, “nepotismo” o “amiguismo”, no deben extrañar fatales consecuencias ante acontecimientos imprevistos. Pero eso sucede allí, aquí y en todas partes.