
“MODA versus INCULTURA” (y III Parte)
“Decir ´los´ y ´las´ costarricenses no demuestra estar a la moda, sino incultura” (RAE)
La intención de esta serie era relacionar lo que es la moda con la incultura; así como establecer un parangón entre futbol y política. Empero la vorágine informática emanada del máximo organismo futbolero y su cadena de grupos de interés con actos de corrupción, deja el señalamiento de la incultura, tan en boga, en un segundo plano. A pesar de ello, retomamos la intención.
Para muchos -¡por dicha!- el manejo del lenguaje por parte de muchos comunicadores está colapsando a causa de una moda, que demuestra mucha incultura en los que jugando de cultos, más bien resultan grotescos plagiadores. Y lejos de tener deferencia con los géneros lo que hacen, en su alarde verborreico, de la utilización del idioma es el ridículo, ¿Para qué estarán los asesores?
La última persona que generó mucha reacción en las redes sociales, es una amante de la enseñanza de toda la vida (Josefina Fernández) y que muy bien explica. En la lengua española existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales; por tanto, el participio activo del verbo atacar es “atacante”; el de salir es “saliente”; el de cantar es “cantante” y el de existir, “existente” ¿Cuál es el del verbo ser? En “ente”, que significa “el que tienen identidad”, en definitiva “el que es”; en consecuencia, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la potestad que expresa el verbo se añade a este la terminación “ente”. Así, al que preside se le llama “Presidente” y nunca “´Presidenta”, independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción. De manera análoga se dice “capilla ardiente”, no “capilla ardienta”; se dice “estudiante”, no “estuadianta”; “independiente”, no “independienta”; “paciente” y no “pacienta”; “dirigente” y no “dirigenta”; “residente” y no “residenta”. Por ende, se pregunta a periodistas y políticos (hombres y mujeres) que quienes ejercen el periodismo no son “periodistos”. La mala praxis se ha extendido y son demasiados los que patean el idioma, se entiende que por dos razones: ignorancia o moda. Y eso les hace más ignorantes (a ellos y a ellas) Es de esperar, por tanto, que en los próximos discursos no volvamos a escuchar: “los” y “las”; o lo que es igual, quienes enfatizan en el género, simplemente que no lo hagan: Y para todos, dejamos el siguiente ejercicio… Es claro que no existe el “dentisto”, el “poeto”, el “pianisto”, el “golfisto”, el “arreglisto”, el “turisto”, el “taxisto”, el “artisto”, el “periodisto”, el ”telefonisto”, el “masajisto”, el “oculisto”, el “policio del esquino” y, sobre todo, que no sea una oda al “machisto”.
Si aun así, no aprenden la lección, que se aplíquen esto: No es lo mismo tener “un cargo público” que ser “una carga pública”; aunque en algunos casos pareciera lo mismo.